ISSN 2767-1844
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(de Archivo Dickinson, 2018)


Biografía

Me llamo Emily. Nací en Nueva Inglaterra, un 10 de diciembre muy blanco y altivo, y otra vez blanco. Mi padre nos leía la Biblia con ojos de Pentateuco, afirmando que ese libro, que es el Libro de los Libros, contiene cuanto existe de inhallable en lo real. Tuve que buscar cómo engendrarme de algún modo, recurrir al silencio que es nido muy vacío, muy en paz. Así inventé los bosques, el desquiciado mundo, la antigüedad del agua. Esa fue mi forma de partir. Aún no he regresado.



Curiosidad

Cierta vez, la realidad quiso saber qué es lo que se tacha al escribir y recibió en su jardín a unos cuantos animales, todos despoblados, hambrientos de entrar a lo ya abierto.



Domingo

Vinnie habla sin puntos ni comas, como quien narra una historia con varias culpas. Y eso, cada vez con rezos –alabanzas, confesiones de fe– como si pudiera, con su arrebato, henchirme la convicción. Yo le mido el candor, me divierten sus cofradías de muertos, sus relatos de bodas que no estuvieron. Vinnie es un puerto que vuelve y dice que sí, que sí, que hay en él lo que no hay, que siga, que bendiga, que dé voces. ¡Hay que ver sus adjetivos tan devotos!




(de Oratorio, 2020)



habla el río un lenguaje

sin comienzo ni fin

y así ilumina

con lámparas flotantes

su plenitud

nosotros no

preferimos el mundo

catalogado

la conciencia

ciega de la orfandad

nos toca eso

escandir las letras

de lo incomprensible

y después

mientras dura el abrazo

entre el lenguaje y el río

escribir un viaje

de pequeña mónada

una plegaria

–que el corazón dé un

vuelco

y de pronto sepa

prolijamente

nada–

ahora mismo

atraviesa la noche

tu sequía más dulce

el círculo cerrado

está siempre

abierto






dicen los sabios que el árbol

nunca supo del árbol

tampoco de los frutos

que proliferan

cuando no los pedimos

no sabe de arrabales

donde medita el tiempo

ni de la doble llama

del agua interior

dicen que ignora

los dientes del deseo

que a su pensamiento

le faltan manos

ni qué decir

ramas doradas

para vestir al mundo

con sucedáneos

y en consecuencia

sigue plantado ahí

muy vacío

muy en paz

sin esperar una música

ni cumplida ni ágil

ni siquiera un presagio

de espaldas al día

una cosa es segura

dicen

la ausencia de dios

es también un dios

lo que está quieto

está danzando

Todos los textos son propiedad intelectual de sus autores. / El website es propiedad intelectual de La Vaca Multicolor & Gustavo Faverón Patriau. / La Vaca Multicolor es un mamífero imaginario sin fines de lucro.

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Y en esas costras

estilizadas

de fervor y excremento

todavía es posible

amueblar

una infancia,

eso

que el lenguaje

entierra y sigue vivo

en el escándalo

del mundo.

Así comienza

la biografía de las cosas:

como una histeria

luminosa,

un error impecable,

de largo aliento.






Queda

casi siempre,

de semejante aventura,

un signo,

una textura de luz,

una adicción

al dolor que rige

bajo la ropa.

Fuera de foco,

la materia opaca,

con el rostro ardido.

Ningún apuro sirve.

Ningún remordimiento.

La desgracia hace noches

donde

se

posa.​
​​

POESÍA

​​​(de Islandia, 1994)

Venían de la tierra de los hombres tristes. Abordaban la isla en tablas, barcazas, longitud de insidias. Violentos, como quien ha abandonado todo, amotinaban los sueños. Todo el largo invierno, a campo traviesa, se vio al fantasma de Haroldo, el de la Cabellera Hermosa, cruzarla. Hubo gaviotas y un universo huérfano. A corto plazo, los hombres pudieron sostenerse en su saga (ser, a su manera, felices). Hubo, después, la ausencia injustificada del verano y una compleja red de traiciones. El mundo no terminaba de eclipsarse.


En altibajos no, en repetidos tópicos vive,

en puntos sobre las íes. En mocerías

que quedaron allá. De tanto en tanto.

En plétoras de ausente, en modus operandi.

Huyera, pero el trueque ingrato de un arpón

de plata la detiene, y al escudriño andante

de sus marinerías la obliga: fricativa

vida entre canoros, entre guantes,

y palafrén y espumas y lebreles.

No tiene adónde ir, o si lo tiene,

decir que lo supiera es un infundio.

Tan habituada está a las galanuras.

A cascarón vacío. A dudosos

regresos del delirio que su oficio

de aliños le incentiva. Al arte

y sus antídotos, de la cetrería.



En cambio, el deseo arde en los climas áridos de la epopeya. (La ambición es un triángulo sin lados.) Empapados, pululantes, en una oleada de orgullo que no es lerdo, los héroes se baten en riñas invisibles, perfectas. ¿Adónde irán a parar con tanta verborragia de lanzas? ¿Tanto lío de corazones premeditando? A lo mejor, se dicen, es una sombra que pasa, una atracción momentánea por lo lúgubre. O un miedo disfrazado de astucia. O un miedo simplemente, un homenaje. Cuesta trabajo divulgar una emoción, encontrar una forma del viaje donde se refracten todas las imágenes. Llevan años así. Persiguiendo un mundo desorientado del hábito, como si fuera posible ajustar una escenografía a su búsqueda. Debieran haberlo figurado: sonámbulo el deseo se desata, ensaña, por algo que no existe. Ya no saben qué hacer, cada vez más cautivados por la migración, sin saber por qué vinieron. Soñando con litigios que se ramifican hacia el alba.



Algunas cizañas que, protegidos por el anonimato, urden los bardos:
1) Una serpiente se dormirá en el hiato del mundo. Las proas abrazarán las bocas del fiordo. Habrá un reguero de estandartes y una pared de escudos vivientes. El hierro proveerá la carroña. Pregunta: ¿Quién dijo que era un deber hacerse amar?
2) La que huye es la isla ¡Desconfíen! El enemigo está adentro.
3) Somos la perpetuación de un paisaje ralo. Algo se ensaya en nuestros gestos para una ausencia final. El corazón mide las distancias. Las armas brillarán como un campo de hielo roto.
4) En un poema bélico, el aniquilamiento y la embriaguez son de ustedes. La osamenta para el alma, nuestra.
5) No sufran, se los conocerá por los fracasos.
6) En las periferias del tiempo, como una primera sensación de patria, ausentarse.




(de La ineptitud, 2002)


no

todavía no dije la verdad

pero qué es la verdad

hablar no

dar con las palabras que esperan

en el pequeño cofre de las revelaciones

no

eso tampoco eso tampoco




entre las flores sin nombre

que trepan por el frío

la más peligrosa es tu cuerpo

viene hacia mí

como un guerrero

que ignorase qué hacer

con tanta muerte

y por eso

pone sus labios sobre el tiempo

como quien trabaja

una victoria

y yo no digo nada

yo solamente abro la boca

le doy la bienvenida

a esa peste vigorosa




(de Arte y fuga, 2004)


I (intrada)


el otoño

hace cantar al amarillo

hoy es domingo          llueve

está abierto

       el jardín cerrado

de la palabra nunca

      

digamos

       que un ruiseñor incierto

como reflejo oscuro de la nada

cruza el lenguaje

oiremos

si prestamos atención

si damos los besos que caen

adentro del asombro

cuando el asombro inventa

      el contrapunto de su nombre

y se recuerda

      te amo

      llueve en la ciudad extranjera

nada –dijo el rabino de Praga

sino una flecha de agua

      conduce al ruiseñor

digamos que el fracaso

lo hace cantar

     

que en la escritura esquiva

      de lo humano

avanza un barco

enamorado del río

que lo pierde

vendrá tu cuerpo amor

y tendrá la ausencia

el Deseo –dijo el rabino de Praga

hace existir

      la irrealidad de todo

no hay más recurso

contra la huella imperfecta

de las cosas

ni más inspiración que el infinito

proyecto de ser Nadie

está embarcada la noche

el amarillo

no ha dejado de soñar

navega en lo extranjero de sí mismo

atento a las miguitas que dejamos

como una luz privada

en el asombro

oscuro del poema

el arte es una fuga –dijo el rabino de Praga

hay que inventar lo que somos

      cuando el otoño imanta

la palabra nunca

      y entonces eso habla

como un agua virgen habla

como una música abierta

y nos enseña a morir




III (petite chronique)


nunca se sabrá

cómo la sombra

        se tragó la luz

en un lugar tan pequeñito

nunca se sabe en un lugar así

si no es mejor

morir

no molestar a nadie

menos que nadie a Dios

no exageres

¿no querías acaso ser Nadja?

        más o menos

siempre más o menos

te ordeno ser Nadja más o menos

la poesía

tiene que ver con eso

        cómo encontrar

un caracol imperfecto

cuidado

la ambición

         te puede causar

una úlcera

        

no es mucho

no es demasiado

el miedo siempre igual

a sí mismo

         te ordeno que te calles

         te ordeno que no busques

sino aquello

que no te alcanzaría

¿quién inventó la distancia?

¿quién dijo el otoño

        renacerá siempre cada vez más rojo?

nunca se supo

jamás se sabrá con certeza

cómo en el pecho de esa prisión

avanzaban

dos niños viudos

       dos novios huérfanos

más altos

que un territorio invadido

iban

como quien vuelve

        mejor dicho volvían

sin tener idea

sin tener la más remota

idea

de la sombra

te ordeno que no tengas

una úlcera

sobre todo

si se parece a Nadja

en la prisión del sueño

de Breton           qué miedo

a veces no es tan malo

a veces

te perdonan

       el premio es una tumba

al lado de Mamá

nos sentimos honrados

       ¿por qué no?

ahora que hemos vuelto

con lo puesto

y avanzamos

       por el reverso de la luz

más altos que Hansel y Gretel

más despavoridamente

ingratos




(de Buenos Aire tour, 2006)


14. Lecciones en la Escuela de la Muerte –Recoleta–

La tumba de Ezra Pound en la isla-cementerio de San Michele en Venecia. La frase grabada en Treblinka: Ici repose le poète Robert Desnos. Los muertos que hablan con sus deudos, asomando la cabeza por los nichos, en un film de Fellini. La inscripción islandesa en la tumba de Borges. El sueño donde me están enterrando y alguien dice: “Déjenla, todavía no ha llegado su tiempo de morir, algunos tabiques entre ella y la Vida siguen en pie”. La comitiva fúnebre del Capitán Nemo en el Gran Acuario de lo Irreductible. La bóveda amatoria, sembrada de crisantemos, donde Lydia Borelli espera a su amante en el film Malombra. Los extramuros de El Cairo. La máquina resucitadora de Raymond Roussel. La hermosa caminata inmóvil que Orfeo emprende hacia Madame Lamort, sin saber que se trata de un viaje entre él mismo y él mismo. La sospecha de que todos estamos muertos. El cementerio de libros humanos en Farenheit 451. La frase Between the yes and the no, lies reality.




(de Cantar la nada, 2011)



Pequeña liturgia

no se piensa fácilmente

sino aquello que no fuera

el amarillo

del canto inexistente

como recuerdo hasta qué punto

he aquí

                sin duda

                                 una riqueza

no hables

como quien rompe a reír

no calles

no hagas de la casa escrita

la tumba de la imagen




0.0016 kilómetros de palabras confinadas a un poema

curiosa manera de decir

un hombre caminaba por la muerte

lo atravesaban

formas

                  un poco arrepentidas

graduaciones

de lo que no tuvo

el aire

que inhala por minuto

el mundo

                  cada vez que se extraña

el resto

fue aritmética mayor

saber caer y no caer

evaporarse

como una herida transparente





(de Interludio en Berlín, 2014)


Contra lo que esperaba, nadie vino ayer a raptarme del otoño. Tuve que sentarme afuera y por un rato hacerme compañía. Ningún ser inesperado supo explicarme la tarde en sus fragmentos, correctos o no, bajo un cielo a regla y la perspectiva cambiada. Tuve que permanecer así, completamente alerta, entre el color del veneno y su estación venidera. Pasó un corazón mordido. Dijo: Date por seducida.



Como quien empuja a un corazón, lo incita a avanzar sin rumbo, a temperar la rabia de haber visto. ¿Visto qué? Violencias hogareñas, barricadas, banderas arriadas en la paranoia. La historia muda pero mi corazón se eriza de costado. Todavía es posible escribir con la garganta seca. Es preciso aferrarse al secreto claro. Palabra propia. Piedra. Pasión que pesa.



Juego, jugué, jugaba. ¿Es posible ser rico de una escasez? Siendo improbable, bien podría ser. Basta una pena que no se cure, la muerte de quien amase, cosas oscuras de tan quererlas. El viento silbaba en el viento, dormido de agitaciones. Toda esta cosa ninguna, la ciudad que respira por las heridas, en intervalos verbales. ¿Hasta cuándo va a durar lo incomprensible? Hizo frío en lo que pensaba.



(de Exilium, 2016)

"Cierta vez, la realidad quiso saber qué es lo que se tacha al escribir y recibió en su jardín a unos cuantos animales, todos despoblados, hambrientos de entrar a lo ya abierto".

Poemas de María Negroni
Selección de Sebastián Urli   
/ Publicado en Septiembre, 2023

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